lunes, 5 de diciembre de 2011

LA ECOLOGIA DE LOS SISTEMAS HUMANOS. EXPERIENCIA PERSONAL Y MOTIVOS PARA UNA FORMACION. Roxana González Sala y Xavier Serrano Hortelano


 Hace algunos  años que  intentamos poner en práctica crianzas ecológicas con nuestros propios hijos  y  junto a otros colegas estamos trabajando dentro de la intervención preventiva desde el embarazo hasta la adolescencia.
Es a partir de estas experiencias tanto personales como profesionales  y en contacto con redes sociales del nuevo paradigma, el Instituto de Ecología de Sistemas Humanos y la Escuela Española de Terapia Reichiana (Es.Te.R.) han diseñado un plan de formación que nos permitiera transmitir ese saber  promoviendo una praxis preventiva coherente y seria que ayudara al desarrollo y la potencialidad de sistemas humanos (sistema familiar, educativo, social…) donde puedan madurar y crecer  de una forma ecológica y saludable los niños y niñas.







Para esta labor junto a los conocimientos necesarios y una extraordinaria motivación también es necesario saber y tener el deseo de trabajar en equipo, lo cual se contempla en nuestro proyecto de formación. Porque la crianza ecológica es cosa de muchos-as.
Prepararse a la experiencia del nacimiento y vivirla de una forma directa, sin escafandras, sin sucedáneos, es una de la más fuertes y más bellas de la vida y es la mejor manera de empezarla, acompañad@, sentid@, llorad@, Vivid@…Una nueva vida que debe de seguir siendo protegida y acompañada para que pueda organizarse , articularse y potenciarse, porque el parto es el comienzo de una aventura maravillosa pero también fuerte e intensa con escalas de distintos niveles hasta llegar al momento en que puede empezar la autonomía social, la adolescencia, que por regla general es la etapa más cruda y dolorosa de nuestra vida. Ese continuo Vital es el que va a permitir que esa primera experiencia se vea proyectada en una persona con sus capacidades Humanas en desarrollo y con un potencial creativo y espiritual (en el sentido laico del término) increíble.
En una sociedad como la que vivimos cada vez más competitiva y basada en el miedo a todo… donde los valores que privan son los intelectuales y sólo se valoran los objetivos de logro, lo material, el estatus y la imagen olvidando el objetivo  principal de la vida : experimentarla estableciendo relaciones humanas comprometidas, solidarias y placenteras.
Pero nuestros organismos cada vez más embrutecidos por las presiones que vivimos desde nuestros embarazos hacen que olvidemos todo esto y que aunque lo pensemos lo olvidamos continuamente y lo ignoramos creando contradicciones e incoherencias que se reflejan en nuestra vida cotidiana y en la relación con nuestra pareja, nuestros hijo@s, nuestras amistades, nuestros colegas…repitiendo procesos destructivos y neuróticos y sufriendo psíquica y emocionalmente.
Nuestro proyecto formativo pretende ayudar a cambiar este estado de cosas , teniendo también muy presente el aprendizaje de nuestros errores y contradicciones en nuestra experiencia como padres, educadores y/o profesionales de la salud.
En este sentido nos gustaría relatar algunas experiencias de nuestra hija común, Andrea que reflejan algunos aspectos de lo manifiesto en estas líneas.
Andrea nació una hermosa mañana de verano. Fue un encuentro muy esperado. Estábamos en nuestra casa  en el Puig (Valencia) y se produjeron las primeras señales de que quería salir al mundo cuando una brillante y espléndida luna oteaba el horizonte. Compartimos  toda la noche esa experiencia indescriptible llena de dolor, miedo, placer y alegría, sobre todo alegría, con dos matronas del grupo de Acuario, con nuestros familiares más cercanos y con algunos amig@s, pero la vivencia intensa y profunda la compartimos nosotros tres.
Cuando uno de nosotros desfallecía el otro se superaba recuperando el contacto y el camino, siempre sintiendo sus pasos  hasta su alumbramiento que llenó de júbilo nuestros corazones. Estaba en el mundo, continuando la aventura de su vida, siempre acompañada por nosotros.
Durante sus primeros años, nos centramos fundamentalmente en intentar cubrir sus necesidades nutritivas, motrices, de contacto y de cariño y amor. Cada uno de nosotros con nuestra función, con nuestras posibilidades pero ambos unidos con ese objetivo común dejando de lado otros que imperaban meses antes. La jerarquía funcional, ley fundamental de la ecología se puso en marcha.
Pero para esa andadura había  que prepararse antes y de forma  adecuada, lo cual intentamos hacer  durante el embarazo ,porque nacer es el principio de un camino que está lleno de dificultades cuando quieres andarlo al ritmo del nuevo ser y en función de sus necesidades. Y es difícil porque no estamos preparados para ello, no nos lo han enseñado y tampoco lo hemos vivido… Sólo lo suponemos, nos lo han dicho, lo hemos leído … 








¿Cómo saber todo lo que nos espera? ¿Cómo hacer para que nuestra hija no sufra el desamor y la falta de contacto que nos rodea? Cómo evitar la intervención pediátrica agresiva e invasiva, tener la calma, el tiempo y la disponibilidad necesaria para empatizar con su ritmo primitivo, cómo mantener una dinámica de placer y de alegría haciendo frente a las necesidades y presiones económicas y sociales?
¿Cómo ser coherente con nuestras  emociones y sensaciones y no caer en el espiral social adaptativo, normalizado, represor y castrante que nos rodea?
Para ello junto a la experiencia y el conocimiento fue esencial nuestra amorosa relación de pareja. La cual nos permitió disponer de un buque fuerte para hacer frente a los fuertes temporales de esos años, si bien en ocasiones sufrimos daños que socabaron temporalmente esa fortaleza.
La lactancia ecológica marcó los 4 primeros años y medio, experiencia como vemos que exige presencia  y permanencia, y al mismo tiempo que esencial y necesaria puede ser una fuente de placer y alegría únicos. Esa díada, ese vínculo mágico que vive la madre y el bebé y en el que el padre puede y debe entrar y sentir desde la empatía, es algo indescriptible. La madre con su cuerpo directamente, el padre a través de la voz, la mano, los brazos que ayudan a presentar y explorar el mundo. Juntos facilitamos que fuera  adquiriendo esa seguridad ontológica que permanecerá durante toda su vida permitiéndole hacer frente a las adversidades que se presenten en su vida.
Andrea se cogió al pecho derecho a los minutos de nacer, con sus ojos almendrados bien abiertos y su manita derecha encima. En esos años Andrea iba creciendo a un ritmo verdaderamente impresionante. El primer año sólo se alimentó de pecho, aunque le propusimos otras fuentes de nutrición no había nada mejor que la “tetita de mamá”. Curiosamente nuestra energía no se agotaba, aun cuando las horas de sueño eran escasas y cortadas. Tenerla en mis brazos dándole el pecho, me producía una sensación muy placentera, sentía una profunda conexión y  complicidad entre las dos con sólo mirarnos a los ojos. Escribía en mi diario:
Detendría cada instante en el que me miras, en el que me abrazas, en el que con tu cuerpo entero buscas mi calor…” ( 18 Marzo 2003).
Y yo sentirlas a ellas tan vinculadas, amantes y felices potenciaba mis recursos…
Por otro lado, me sentía responsable de sentirme bien. De no agobiarme para no transmitírselo a través del pecho. Notaba cuando se inquietaba y me miraba con cara de pregunta… que te ocurre mamá??? Nos topamos con nuestros propios límites y empezamos a aceptar, que yo también podía llegar a un punto en que debo decir  “NO”…sentir poco a poco mis necesidades conforme podía ir sintiéndose como algo distinta de ella misma ayudó a que se sintiera ella misma y  única, empezando tu identidad.
Necesidades que mi presencia y apoyo, como padre  ayudaba a cubrir.
Esto empezó a ocurrir poco a poco. A los 2 años Andrea ya respondía….” No mamá no teyo…” (no quiero) o, “Yo teyo teta”. O cuando elegía de que pecho tomar y me avisaba que uno ya estaba vacío….”eta no va mamá, a ota” (esta no va mama´, la otra), se cambia de pecho y decía…..” eta si va….acha mamá” (esta si va, gracias mamá).(Diario Julio 2003).
Muchas veces en el parque, observaba con tristeza el poco contacto de las madres con sus hij@s. Los cogían poco en brazos cuando alguno se caía o se hacía daño y lloraban. Cuando se caía Andrea y lloraba y se venía directo a recibir su máximo consuelo…su”tetita”. Afortunadamente en ningún momento me cuestioné mi actitud con mi hija, al contario, se reforzaba cada vez que los ojos de otras madres se quedaban fijos mirando con extrañeza e incluso con repulsión el espectáculo que le ofrecíamos mi hija y yo……”es que tu hija coge la teta como si fuera el chupete”….”No, es que la tuya coge el chupete como si fuera la teta!”.
Al mismo tiempo cada vez más requería mi presencia y hacer actividades con ella: ”papi: pasear, chuar”…todo iban siendo preguntas, todo le llamaba la atención y estaba atenta a mis explicaciones, sintiéndose segura en mis brazos porque sentía que eran firmes y protectores.
Y esa identidad se reflejaba en su desarrollo libidinal y sexual, primero más pasivo disfrutando de su tetita y poco a poco más corporalizado, disfrutando del agua, de tocar y tocarse, desde el año en adelante , siendo cada vez más manifiesto, y espontáneo, recurriendo paulatinamente a sus espacios de intimidad. Con tres años descubrió el libro “a ver” (fotos que muestran manifestaciones sexuales de la infancia y la pubertad) y lo miraba con curiosidad y agrado…
Andrea entra al Cole a los 4 años, a esa edad ya sólo tomaba el pecho para dormirse. Hasta que un día al acostarnos me dice….” Mamá he decidido que ya no voy a tomar más pecho.”…..Fue un destete progresivo y decidido.
Ella sabía que iba a ir al cole y lo pedía. El primer día le acompañamos hasta la clase y yo le presenté al profesor, ambos hombres. Fue un buen encuentro y sentí que Andrea se iba a sentir bien. La complicidad con Juan, su profesor se produjo desde el principio y hábida de relacionarse con otros niños, su entrada fue deseada y nada traumática, a lo que ayudó la disponibilidad y la profesionalidad de su profesor, Juan. 







Como vemos cada vez éramos más los que subíamos a ese barco. Su hermano Dani  empezó a tener un protagonismo progresivo y suave, si bien no fue una relación “pasional” entre ambos, en gran medida por la diferencia de edad (Dani tenía 12 años cuando nació Andrea) los dos se fueron sintiendo parte de ese barco sin rivalidades ni celos. Su otra hermana Iris (19 años al nacer) vivía ya su vida y como tal la fue introyectando. Sus yayos de Valencia estuvieron muy presentes, y sobre todo su yaya Maruja tuvo una presencia esencial respetando el proceso y participando hasta su muerte (cuando Andrea tenía 6 años) de una forma calmada y amorosa. Esa sería su primera experiencia de muerte y duelo en la que participó activamente Andrea. Sus abuelos y sus tíos de Chile han estado presentes a su manera. Su tía Inma, siempre apoyando su proceso, sus prim@s  y sus primeros amiguit@s, vecin@s y compañer@s de clase.
En el cole de los cuatro a los ocho años, tanto con Juan como con Cristina fueron bastante tranquilos, porque ella asiste con motivación y deseo, ya que fundamentalmente era un espacio lúdico.
Pero el cambio de profesora con ocho años, donde los deberes y las normas de conducta empiezan a tener un lugar principal le suponen un nivel de tensión y de estrés fuerte que repercutió en su estado de ánimo incluso en su cuerpo. Tuvimos que actuar, hablando con la profesora, los padres aliándonos con Andrea en su forma de sentirse frente a la irracionalidad del sistema escolar (era en la escuela pública del pueblo) Por motivos ajenos a la dinámica escolar y a nuestra forma de concebir la educación no la llevamos al espacio educativo alternativo “Els Doñets”, si bien es  cierto que también tenemos la opinión de que cuando no es posible llevar a un niñ@ a alguno de las pocos espacios educativos alternativos que existen hay que saber mantener una postura activa y reivindicativa en los centros públicos porque la educación es de todos y generalmente no se cumplen las leyes educativas.
Concretamente para Andrea la primera vez que la castigan ella se lo vive con sorpresa, porque aún cuando veía que castigaban a los demás, ella no sabía lo que era en carne propia. Pero fue capaz de reaccionar comenzando ahí su “enfrentamiento” con las normas sociales. Empezó a lidiar con las restricciones y represiones desde su libertad. Siempre hemos estado atentos a estos momentos sabiendo que iban a aparecer. La comunicación constante, la postura de receptividad necesaria para escucharla y permitirle que exprese su frustración y rabia contra la opresión que vive cotidianamente en el colegio, permite que se produzca un balance o equilibrio en ella. Sabe que nosotros no estamos de acuerdo con tanta presión debido a los deberes o porque no puede ir al baño cuando su cuerpo se lo pide, pero también sabe que es algo que ella tiene que resolver y enfrentar día a día.











Que difícil es ser coherente con una crianza y educación basada en el respeto y derecho del niño. Es más fácil ir con el sistema, ser parte de una sociedad robotizada, alienada y estandarizada, así nadie te lleva la contraria, ni te mira raro cuando tu hija te responde cuestionándote, opinando algo diferente a ti o cuando lleva mechas rojas al cole y tú se lo permites porque es una decisión de ella que la autoafirma……o cuando opinas que los niños no deberían traer tantos deberes a casa, cuando la gran mayoría de padres quieren que sus hijos tengan una “base” para cuando tengan 15 años y no les vaya mal en el instituto… Pero lo que sorprende es que se cree que eso se puede lograr con una educación basada en la competitividad, la represión y en definitiva ….en el miedo. Siempre hablando de una base intelectual….y que pasa con la base de valores, de relación, de sentimientos y emociones…??? Pueden ir unidas a la educación, a la forma de aprender, pero se parcializa.
Es más fácil hacer el “duérmete niño”, que pasar noches y noches en vela atendiendo a tu hij@……
También nos  “preocupa” como será su adolescencia, pero no por las notas que vaya a sacar o por la opción de trabajo o carrera va a tomar en el futuro, sino por si va a seguir siendo una adolescente o mujer alegre, feliz, con esa fuerza que la caracteriza,  con capacidad de amar, luchadora por sus derechos y los de los demás  y sobretodo sensible y humana!
La “base” la está creando ahora, es ahora y desde que nacen cuando tenemos que proporcionarles una vida digna, llena de cariño, amor y contacto con sus propias necesidades, para que luego pueda enfrentar cualquier cosa que venga.
Andrea tiene 8 años. Nuestras noches siguen teniendo momentos de intimidad, juntos los tres o bien alternándonos con ella y contándole cuentos o canciones  antes de dormir reflejo del puente que todavía existe y mantenemos entre el bebé y la púber. Y es hermoso ver cómo  hemos sustituido nuestra comunicación no verbal, de contacto a través del pecho, por unas conversaciones interesantísimas de temas profundos de la vida que le inquietan a mi hija y cosas que le suceden cotidianamente. Su posición preferida para dormir es apoyada en mi pecho, igual que hace 4 años.

Hoy es ella la que se enfada cuando ve a niños llorando en su cuna y las madres no los toman en brazos o cuando en el cole ve a sus compañeras llorar por haber sacado una “mala nota” (un 7) por miedo a que sus padres se enfaden con ellas y las castiguen.
Es una niña sensible y fuerte a la vez, reivindicativa de sus derechos y de los de los demás.

Por ello tiene mucho sentido poder lanzar este joven y potente proyecto de formación, los cursos para profesionales de la sanidad y la enseñanza de la ECOLOGÍA DE LOS SISTEMAS HUMANOS Y así poder participar en el movimiento que nos permita ser cada vez más y más personas, padres, madres, educadores, políticos y agentes sociales conscientes de que según como sea nuestra praxis el planeta sobrevivirá, porque la recuperación ecológica junto a todos los cambios económicos y políticos debe de ir unido a cambios radicales en nuestra vida cotidiana al interior de nuestros propios sistemas, facilitando el desarrollo de personas que sientan la Vida y no puedan aceptar la destrucción del planeta!!!
Porque  la crianza ecológica es una cuestión de cada un@ de nosotr@s  y de tod@s al mismo tiempo.



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