"Me alegra escuchar que el corazón de la galaxia late, pulsa, como nosotros y
espero que esa pulsación llegue con vigor al extremo de la galaxia donde nos
encontramos. Aguardo emocionado la onda regeneradora de semejante belleza. No
hay duda que su eco resuena en todos nuestros cuerpos en armonía con el batir
del cosmos. Reich tenía razón."
(Javier Torró)
"El corazón de la Vía Láctea sigue activo,
aunque sus latidos
sean muy esporádicos. Los astrónomos han identificado dos chorros a propulsión de rayos gamma que han salido, en direcciones opuestas, del agujero negro supermasivo que tiene en su centro
galáctico, conocido como Sagitario A.
Los
chorros, según publican
en la revista 'Astrophysical Journal' los investigadores del Smithsonian Harvard
Center of Astrophysical, bajo la
dirección del Dr. chino Meng Su, debieron producirse hace un millón de años, que en tiempos
astronómicos es muy poco. "Su detección nos dice que el núcleo galáctico estaba activo hace relativamente poco tiempo", señala
Dr. Meng Su en un comunicado de su universidad.
Las dos ráfagas fueron detectadas por el telescopio espacial
Fermi de la
NASA y se extienden
a lo largo de 27.000 años luz encima y
debajo del plano galáctico. Son las primeras
emisiones de rayo gamma que se han detectado y
se relacionan con unas misteriosas burbujas,
también de rayos gamma, que el mismo telescopio detecto
en 2010 y también ocupan unos 27.000 años luz, desde el centro de la
Vía Láctea.
"Puede ser que el disco central se haya torcido en espiral hacia el agujero negro, debido a su
fuerza de atracción", afirma Douglas
Finkbeiner, también coautor de la investigación.
Los
chorros se produjeron
cuando el plasma fue arrojado hacia fuera del núcleo de la
galaxia pero, como si fuera un sacacorchos, permanecía firmemente sujeto por el campo magnético. Los astrónomos creen que las burbujas se formaron debido al viento que soplaba la materia caliente
hacia el exterior.
Este hallazgo reabre
la cuestión de la
actividad de la Vía Láctea ahora y
en el pasado. Como mínimo, los chorros comenzaron hace 27.000 años, pero pueden haber persistido mucho tiempo. Para que vuelvan a activarse, según Finkbeiner,
sería
necesario una gran cantidad de materia: sus estimaciones apuntan que se requeriría una masa molecular
que pesara unos 10.000 soles.
"Para empujar 10.000 soles fuera del
agujero negro habría un
truco. Estos agujeros son sucios tragadores
de materia estelar
que luego arrojarían, accionando los chorros", señala el investigador. "
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